Grupo Aval Acciones y Valores S.A. es el mayor conglomerado financiero de Colombia y uno de los líderes bancarios en Centroamérica. A través de sus subsidiarias controla cuatro bancos colombianos – Banco de Bogotá, Banco de Occidente, Banco Popular y Banco AV Villas – además de la administradora de pensiones Porvenir y la corporación financiera Corficolombiana.
También tiene presencia internacional significativa, destacándose su participación en BAC Credomatic, un grupo bancario con operaciones en seis países de Centroamérica. En conjunto, Grupo Aval presta una amplia gama de servicios financieros (banca comercial, seguros, pensiones, inversiones) a clientes del sector público y privado, consolidando su presencia geográfica principalmente en Colombia y la región centroamericana.
Grupo Aval mostró una notable recuperación en sus resultados. En el primer trimestre de 2025 reportó una utilidad neta consolidada de $362.000 millones de COP, lo que representa un incremento de 217,8% frente al mismo periodo del año anterior (cuando ganó $113.700 millones). Incluso comparada con el trimestre previo, la utilidad aumentó un 28%.
Este fuerte repunte se explica en parte porque el 1T2024 estuvo afectado por costos extraordinarios (ej. nuevos impuestos al sector financiero), mientras que en 2025 se observa una normalización de la rentabilidad. Según la administración, estos resultados confirman una “tendencia de recuperación” y permiten proyectar un ROE por encima de 10% nuevamente.
Los ingresos totales también han crecido apoyados en un mayor margen financiero. La cartera bruta de crédito aumentó +5,4% interanual hasta $198,8 billones COP al 1T2025. A pesar de las altas tasas de interés en Colombia durante 2023-2024, Aval ha logrado mantener un margen de interés neto (NIM) resiliente y mejorar su eficiencia. De hecho, la compañía señala una “tendencia positiva” en el segmento bancario, con mayor margen de interés, mejor calidad de cartera y control de gastos operativos.
La cartera vencida (NPL >90 días) consolidada se situó en 4,3% a Sep-2024 (vs 3,8% un año antes, debido al entorno desafiante), pero Fitch Ratings espera una mejora ligera en 2025 conforme baje la inflación y se reactive el crédito. Las coberturas de provisiones son adecuadas (125% de los vencimientos), lo que brinda colchón ante morosidad.
En el ejercicio completo de 2024, Grupo Aval generó utilidades consolidadas por $1,01 billones COP, un crecimiento de +37,4% anual. Esta mejora ocurrió a pesar de costos por provisiones elevados en 2023-24, reflejando la resiliencia del negocio financiero y también mayores resultados en inversiones no bancarias (Corficolombiana aportó más utilidades gracias a infraestructura y energía). El nivel de apalancamiento del holding es manejable: a Sep-2024 el índice de capital tangible sobre activos alcanzó 8,6%, en línea con promedios históricos, y se espera que mejore con la estabilización del margen y menores costos de fondeo. La deuda financiera a nivel holding suma ~5,8 billones COP, pero se cubre ampliamente con caja y dividendos de sus filiales.
Fitch afirmó la calificación internacional de Aval en BB+ (grado especulativo alto) con perspectiva reciente Negativa (marzo 2025), reflejando riesgos macro de Colombia pese a la sólida posición de liquidez y capacidad de pago del grupo. Standard & Poor’s también mantiene a Aval en BB+ con perspectiva negativa tras la última revisión (enero 2024). Estas notas indican solvencia adecuada pero sensibilizada al entorno país.
Grupo Aval ostenta una posición de liderazgo en el mercado local. Tiene cerca de 25% de cuota en depósitos y préstamos del sistema financiero colombiano, lo que le confiere poder de mercado y base de fondeo amplia (≈2/3 de sus pasivos son depósitos de bajo costo). Su diversificación de portafolio – banca universal, pensiones, fiduciaria, leasing e inversiones – le permite capturar sinergias y compensar debilidades en algún segmento con fortalezas en otros.
Por ejemplo, en 2024 su filial de pensiones Porvenir administró ~46,9% de los fondos de pensiones obligatorias del país, generando comisiones estables. Además, la presencia geográfica diversificada a través de BAC Credomatic (Centroamérica) le brinda fuentes de ingreso en economías dolarizadas o con distinto ciclo económico, reduciendo la dependencia exclusiva de Colombia.
Históricamente, la operación centroamericana ha aportado una porción importante de los activos y utilidades del grupo (BAC fue considerada un motor de crecimiento y valor añadido al grupo).
No obstante, Aval enfrenta varios desafíos. En Colombia, el crecimiento económico se ha desacelerado bajo un entorno de tasas de interés altas (tasa del Banco Central alcanzó 13,25% en 2023) y alta inflación, lo cual afecta la demanda de crédito y la capacidad de pago de algunos deudores. Si bien la situación parece haber tocado fondo a fines de 2023, persiste el riesgo de deterioro de cartera en ciertos segmentos (crédito de consumo no garantizado, pymes) y la necesidad de mantener provisiones elevadas.
El riesgo político y regulatorio es relevante: el gobierno actual impulsó una reforma tributaria y pensional que impacta al sector. La reforma pensional aprobada en 2024 establece que a partir de julio 2025, las cotizaciones de trabajadores hasta 2 salarios mínimos irán al fondo público (Colpensiones), disminuyendo los flujos hacia los fondos privados como Porvenir. Esto podría mermar ingresos por comisiones de la unidad de pensiones en adelante.
En materia tributaria, se impusieron sobretasas de renta a entidades financieras que elevan la carga impositiva (afectando utilidades netas comparativas). Por otra parte, en Centroamérica los riesgos incluyen eventuales devaluaciones monetarias o inestabilidad política en alguno de esos países, aunque BAC opera principalmente en economías relativamente estables (Panamá, Costa Rica).
El ciclo de tasas es un arma de doble filo. Durante 2022-2023, las tasas altas elevaron los ingresos financieros (intereses activos) pero también encarecieron el costo de fondos y elevaron la mora. Hacia 2025, se anticipa un ciclo de baja de tasas en Colombia (el Banco de la República podría recortar tipos si la inflación converge a la meta). Esto beneficiaría a Aval mediante: (a) reducción del costo de fondeo (depósitos y bonos a tasa variable bajarían), (b) mayor demanda crediticia por reactivación económica, y (c) menor presión sobre la cartera vencida al aliviarse la carga financiera de clientes.
Fitch proyecta que con este escenario, la rentabilidad consolidada de Aval retorne a niveles de ROA operativa entre 2,5%-3% (sobre activos ponderados por riesgo), comparado con niveles deprimidos recientes (~2% o menos). Sin embargo, una baja abrupta de tasas también podría contraer ligeramente el margen de interés en el mediano plazo si los rendimientos de crédito caen más rápido que los costos, por lo que Aval deberá administrar cuidadosamente sus plazos (gap) de activos/pasivos.
La mayor parte de los activos, préstamos y depósitos de Aval están en Colombia (su mercado principal). Por ejemplo, Banco de Bogotá – su principal subsidiaria bancaria – concentra ~83% de su cartera en Colombia. No obstante, a través de BAC Credomatic el grupo tiene una huella importante en Centroamérica, especialmente en Panamá, Costa Rica, Guatemala y El Salvador.
Antes de 2022, BAC representaba cerca de un tercio de las ganancias operativas de Banco de Bogotá. Tras una reorganización en 2022 (escisión de BAC Holding International), Grupo Aval distribuyó entre sus accionistas una participación mayoritaria en BAC, reteniendo indirectamente una porción. Esto redujo la consolidación directa de Centroamérica en los estados financieros de Aval; aun así, el desempeño de BAC sigue siendo relevante para los accionistas de Aval (muchos de los cuales recibieron acciones de BAC).
En resumen, Colombia aporta el grueso de los resultados actuales de Aval, mientras que Centroamérica ofrece diversificación y potencial de crecimiento a largo plazo. Una mejora económica en la región (por ejemplo, mayor dinamismo en Panamá o la dolarizada Costa Rica) sería un viento a favor adicional para el holding, así como cualquier movimiento estratégico para monetizar su participación remanente en BAC.
El consenso de analistas para Grupo Aval refleja expectativas moderadas. De acuerdo con MarketScreener, el precio objetivo promedio a 12 meses es de 620 COP por acción local (aprox. $3,10 USD por ADR), con un rango entre 600 COP mínimo y 640 COP máximo. Esto implicaría un potencial alcista muy marginal de alrededor de +3% sobre el precio actual (~600 COP), y un consenso de recomendación en “Conservar” (Hold). En otras palabras, los analistas esperan un rendimiento modesto, sin movimientos dramáticos en el próximo año.
Cabe destacar que la cobertura de analistas internacionales sobre Aval es limitada. J.P. Morgan y Scotiabank figuran entre las pocas firmas que cubren la acción. J.P. Morgan, por ejemplo, adoptó una visión cautelosa: tras resultados flojos a mediados de 2023, recortó su recomendación a Infraponderar (Underweight) con un precio objetivo de COP 550 (para diciembre 2024). Dicho target equivale a aproximadamente $2,75 USD por ADR, insinuando un potencial a la baja en ese entonces. Esta postura reflejaba preocupaciones por el lento crecimiento y riesgos políticos en Colombia.
Por su parte, Scotiabank y otros analistas regionales mantienen posturas más neutrales (Hold/Neutral), valorando la sólida franquicia de Aval pero reconociendo las incertidumbres.
En general, el consenso actual no anticipa grandes repuntes en la cotización de Aval en los próximos 12 meses. Sin embargo, vale la pena señalar que estas proyecciones podrían revisarse al alza si las condiciones macro mejoran más de lo previsto (ej., baja de tasas más agresiva, o eventuales operaciones corporativas favorables).
El inversor de enfoque moderado/agresivo deberá ponderar que el upside según analistas es limitado, pero existe la posibilidad de sorpresa positiva si Aval supera estimaciones de utilidad o si el sentimiento hacia Colombia se torna más constructivo.
En el mercado han circulado diversos rumores y especulaciones sobre posibles estrategias corporativas de Grupo Aval:
En resumen, los rumores van desde operaciones corporativas transformacionales (escindir BAC, fusionar bancos) hasta respuestas estratégicas a cambios regulatorios o tecnológicos. Un inversor debe vigilar estas posibilidades, pues de concretarse podrían alterar significativamente la valoración de Aval.
En el enfoque moderado-agresivo, muchos de estos rumores representan catalizadores alcistas opcionales (upside opcional) – es decir, no están garantizados, pero si ocurren, añadirían valor. A la vez, debe considerarse el downside: por ejemplo, un rumor de desliste puede generar volatilidad a la baja. La recomendación es estar atento a comunicados oficiales de Aval y noticias en prensa financiera para confirmar o desmentir estos rumores en el futuro.
En lo corrido de 2025, la acción de Grupo Aval ha mostrado una recuperación moderada desde mínimos, aunque aún se mueve en un canal de consolidación de mediano plazo. El gráfico diario del ADR en NYSE muestra que el precio actual ronda $2.80 – $2.85 USD, ubicándose cerca del punto medio de su rango de las últimas 52 semanas (mínimo ~$1.94, máximo ~$3.32). A continuación, evaluamos algunos indicadores técnicos clave a mayo de 2025:
En suma, desde el análisis técnico no se observan alertas rojas, pero tampoco un banderazo verde contundente. La acción de AVAL se encuentra en un rango lateral, consolidando tras la recuperación post-resultados. Un enfoque moderado/agresivo podría ser empezar a construir posición en estos niveles, con stop-loss adecuado bajo soportes clave, esperando una ruptura al alza en los próximos meses si los fundamentales acompañan. La paciencia es clave, pues la acción podría seguir oscilando entre aproximadamente $2.6 y $3.1 en el corto plazo hasta que el mercado defina una tendencia.
La perspectiva a 12 meses para Grupo Aval tiene un sesgo ligeramente positivo en el escenario base, con un rango de resultados relativamente acotado. El entorno macro de Colombia será determinante: si la inflación cede y las tasas bajan ordenadamente, Aval seguirá mejorando sus números. Un inversor moderado-agresivo puede esperar un caso base de rentabilidad modesta (cobrar dividendos ~5-6% y quizás una apreciación del 5-10% en el precio).
Sin embargo, existen opciones al alza (escenario optimista) que podrían generar ganancias significativamente mayores si se concretan sorpresas favorables – esto justifica el interés de un perfil agresivo dispuesto a asumir riesgo. A la inversa, deben monitorearse los riesgos mencionados que configuran el escenario pesimista para poder reaccionar si el contexto se deteriora.
La acción de Grupo Aval (AVAL) representa actualmente una oportunidad de inversión con enfoque moderado-agresivo, donde el potencial de revalorización viene acompañado de riesgos manejables. En su favor, Aval cuenta con un modelo de negocio diversificado y líder en Colombia, un reciente repunte de utilidades significativo, y la expectativa de un entorno macroeconómico más benigno (baja de tasas) que podría actuar como catalizador en los próximos trimestres.
Además, la acción se cotiza a múltiplos moderados y con un dividendo estable que remunera al inversionista mientras espera la apreciación (el ADR típicamente ha ofrecido ~5% de rentabilidad por dividendo anual).
Para un inversionista agresivo, existen varias palancas de valor oculto: por ejemplo, eventuales decisiones estratégicas (venta de activos como BAC, fusiones internas) o simplemente una mejora del sentimiento hacia mercados emergentes podría desencadenar una reevaluación al alza.
No obstante, se debe reconocer que Aval no está exenta de riesgos. La dependencia en el mercado colombiano la hace vulnerable a vaivenes políticos (reformas estructurales, impuestos) y económicos locales. La reciente reforma pensional ilustra cómo decisiones gubernamentales pueden impactar líneas de negocio clave. Asimismo, el alto poder de mercado de Aval conlleva el desafío de la innovación tecnológica: deberá moverse con rapidez para no perder terreno frente a bancos competidores y startups fintech que están transformando la industria financiera regional.
Desde el punto de vista de mercado, la liquidez del ADR es limitada, lo que puede aumentar la volatilidad – un riesgo técnico a considerar en un portafolio agresivo..
Los fundamentos muestran señales de mejora y resiliencia, respaldando la tesis de que el precio actual no refleja completamente las perspectivas de recuperación en utilidades. Además, el balance riesgo-recompensa parece atractivo: el downside potencial (quizá -15% a -20% en un escenario adverso moderado) se ve compensado por un upside plausible de +20% a +30% bajo condiciones algo más favorables de las esperadas, sumado a los dividendos.
En términos de nivel de riesgo, ubicaríamos a Aval en una categoría medio-alta dentro de mercados emergentes financieros – menos volátil que un banco pequeño o una fintech pura, pero más riesgosa que un banco global desarrollado. Por ello, la posición debe calibrarse acorde al apetito del inversor, posiblemente complementándola con inversiones más defensivas para balancear.
En resumen, Grupo Aval ofrece una propuesta de valor interesante para quien busque exposición al sector financiero colombiano con un tono constructivo pero consciente de los riesgos. Manteniendo una vigilancia cercana a las noticias regulatorias y resultados trimestrales, un inversionista moderado/agresivo podría beneficiarse de la potencial revalorización de AVAL en los próximos 12 meses, aprovechando la actual ventana de entrada a precios relativamente deprimidos pero sustentados por fundamentales en recuperación